No puedo asegurar que el D.T. criollo haya leído el trabajo, pero si pudimos ver que cambió radicalmente su propuesta táctica en lo que se refiere a la ofensiva; con dos atacantes y tres volantes que pisaban constantemente el área enemiga. La marca se mantuvo, pero arriba, en una reducción de espacios que prácticamente amarró a los ecuatorianos, que sólo atinaron a disparar dos veces al arco – no incluyo los penales- venezolano.
No se jugó con un solo atacante como venía sucediendo y que se había traducido en una anemia ofensiva, dos goles marcados y con pelotas detenidas en cuatro partidos: Muy pocos intereses, para tanta inversión.
El cambio se tradujo en una ofensiva productiva, cuatro goles marcados por un delantero y tres volantes… y a un seleccionado que venía invicto y que jugaba ante su público. Bastante decir. En cuanto a la marca, se mantuvo el orden defensivo, pero apretando arriba a los rivales, lejos del arco de Faríñez.
Se vienen partidos difíciles contra Brasil, Argentina y Uruguay; pero manteniendo la mentalidad ofensiva y el orden defensivo se pueden obtener resultados positivos. A decir verdad, hasta los momentos ninguna de las selecciones que faltan enfrentar ha mostrado un fútbol superlativo, avasallador, todos han recibido goles, lo que habla de debilidades defensivas; que pueden ser explotadas por la ofensiva criolla, que estaba amarrada, pero ya se soltó. Ya no hay DUDA-mel
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Redacción: Roger Perozo Reyes.
Fotografía y Diseño: Jesús Baldonedo.