A propósito del JBL Zulia...El fútbol no es sólo correr.

La oncena que dirige el profesor Frank Flores tiene el más bajo promedio de edad del torneo Clausura, de fútbol profesional venezolano, me atrevo a decir que no sobrepasa los 23 años.

Esa juventud, aunada a una muy buena preparación física  por parte del licenciado Pedro León, ha logrado que el ritmo de juego que proponen en la cancha durante casi  todo el partido sea de vértigo. Ahora bien, pregunto: ¿Se lleva una estadística de las pelotas que se pierden por perder el control de la misma al imprimir velocidad?  Quien escribe contó más de 10 pelotas que al querer arrancar a velocidad el jugador del JBL se perdieron, por la fuerza imprimida y  fue a para al contrario.

Dice  el técnico campeón del Mundo  César  Luis Menotti en uno de sus libros, que un jugador que corre y no piensa, es tan perjudicial para un equipo, como el que piensa y no corre. Agrego otra premisa a esto de correr, se pierde capacidad técnica. Me decía el maestro ya fallecido, Miguel Angel Acosta, que el fútbol no es atletismo; que había que correr cuando el equipo rival se detuviera,  y  caminar con el balón cuando el contrario quisiera correr. Imponer el ritmo, en pocas palabras.

Traigo esto a colación porque pienso que esa capacidad física de los jugadores del JBL debe ser mejor canalizada, para sacarle más  provecho. El Táchira, por ejemplo,  pasó trabajo ante su rival el pasado sábado en los primeros momentos del partido para parar a los pupilos del profe Flores, hasta que con la experiencia de sus hombres empezaron a esperarlos atrás, reduciéndoles los espacios y manejando  el balón, caminando la cancha y sacando de su ritmo al rival. Impusieron su ritmo y ganaron el partido. Me imagino como serán los resultados cuando el JBL maneje el cambio de ritmo en tres cuartos de cancha,  y arranque creando superioridad numérica en el campo enemigo. 

Si la velocidad fuera todo los corredores de 100, 200 y 4000 metros planos fueran unos fenómenos del fútbol. No le parece, amigo lector.