La ciudad de La Paz ubicada a 3.650 metros sobre el nivel del mar invita al visitante al sosiego, la tranquilidad, al caminar pausado en busca del escaso aire que dispone la ciudad para los visitantes de tierras bajas. Allí, en esa altura andina, el técnico de la selección venezolana de fútbol Noel Sanvicente buscará el 12 de noviembre la paz que necesita, para poder continuar en el camino que lo lleve a Moscú; por lo que no tiene otra que ganar. Lo contrario lo llevaría por la calle de las amarguras… y de ¿la deserción?.
Las dos derrotas seguidas ante Paraguay y Brasil –obviando como hayan sido- derrotas son; con la pérdida de seis puntos que ello conlleva. Claro, el resultado ante los brasileños se puede digerir, mas no la caída ante los guaraníes, la cual le quedó atravesada en la tráquea y no deja respirar tranquilo al D.T. guayanés.
Sanvicente se la jugará ante los bolivianos el 12 de este mes con una alineación de veteranos y jóvenes; buscando con esa fórmula contrarrestar el problema de la altura por una parte y por otra, frenar por cualquier medio esa tromba que se vendrá encima del arco criollo los primeros minutos del partido. Con carnavalito y todo.
Si nuestra selección llega herida de muerte al partido en La Paz, se tiene que reconocer que los bolivianos también llegan con heridas tan profundas como las nuestras, y eso los hace más peligrosos. Sabemos que la necesidad tiene “cara de perro” y esa necesidad los llevará – a los del altiplano- a tener que hacer ciertas concesiones, como lanzarse con todo sobre el arco patrio y dejar –si no tienen un buen equilibrio ofensivo-defensivo- espacios que pueden aprovechar con velocidad Christian Santos, John Murillo, Josef Martínez, Manuel Arteaga Rubianes, Richard Blanco, Jeffren Suárez, Salomón y Mario Rondón.
Obviamente los volantes de segunda línea compuesta por el recién llegado Juan Pablo Añor, César González, Rómulo Otero y Ronald Vargas deben construir las jugadas para surtir de balones a los delanteros, sobre todo con balones largos, porque se supone que los bolivianos –como dije arriba- se van a ir al ataque y dejarán los espacios a explotar por los “aviones” nuestros.
Por su parte el sistema defensivo –es decir, todos los jugadores- debe funcionar a la perfección: concentrado, mentalizado y muy disciplinado en eso de cumplir cada uno con las disposiciones tácticas previstas por el cuerpo técnico. Los extremos son malos –dicen- y la selección ante los “paraguas” finalizando falló y ante los “cariocas” comenzando pasó lo mismo. Sería interesante un término medio, como marcar primero para hacer cambiar tácticamente a los del altiplano. Optimismo, por delante.
Excelente articulo...felicidades por este Blog.
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