Esta semana que camina a su fin, fue presentado por la Federación Venezolana de Fútbol, la Asociación que agrupa a los equipos profesionales ( ASOFUTVE) y algunas televisoras nacionales; el formato del nuevo torneo rentado de Venezuela: Apertura 2016. Hubo varios discursos de los representantes de las instituciones y empresas mencionadas, todos llenos de buena intención y un optimismo militante que en verdad se tiene que reconocer. La pregunta que me hago es: ¿Están los equipos preparados económicamente para enfrentar los altos gastos que se requerirán para solventar el largo y espinosos camino del torneo, sobre todo por la situación económica que atraviesa el país, con unos precios que se mueven diariamente hacia arriba - como un puntero de los años 60- en todos los sectores de la vida económica?.
“Éramos muchos y parió la abuela”, dice un refrán español con bastante recorrido histórico. El equivalente a la Ley de Murphy en la lengua de Castilla. Traigo este decir a colación porque de 18 equipos que jugaron el torneo de fútbol profesional la pasada campaña, ahora lo subieron a 20 para esta temporada 2016. Una carga bien pesada, para sobrellevar.
Lo económico en Venezuela, una variable independiente.
La permanente alza de los precios en todos los rubros que se está dando en el país no permite al mejor planificador, planificar nada. Imagínense amigos lectores a un club de fútbol profesional que tiene como mínimo cuatro categorías y que varios de ellas tienen que viajar a torneos nacionales, ¿cuántos millones de bolívares va a necesitar para cubrir la campaña?. Se me para el pelo en solo pensar en los gastos de transportes –cualquiera que sea- más el alojamiento, comida y otros gastos propios de la actividad.
No me estoy uniformando de pesimista. No. Tenemos una realidad que nos pasa por encima y se ensaña contra nuestros presupuestos, nuestros bolsillos. Pocos se salvan. Y los equipos deportivos no son la excepción. La experiencia me dice que en otros tiempos de bonanza económica en Venezuela, hubo equipos que terminaron el torneo pasando aceite y con altas deudas a los futbolistas nacionales y extranjeros, hasta la FIFA fueron a dar reclamos. Recuerdo el hecho heroico de los jugadores de Salineros de Araya que llegaron a jugar a Maracaibo haciendo la travesía desde el oriente en buses, busetas y carritos por puesto. Una verdadera odisea, obviamente perdieron. ¿Será peor el remedio, que la enfermedad?
Leamos sólo este ejemplo. La mayoría de los equipos con sólo la movilización -algunos atravesarán todo el país y necesariamente tendrán que hacerlo vía aérea- gastarán millones de bolívares, a menos que hayan acordado intercambios por publicidad o que la Liga haya hecho acuerdos con alguna de las líneas comerciales . Los equipos de la capital son los más favorecidos en eso de los viajes; ya que Caracas F.F., Atlético Venezuela, La Guaira, Estudiantes de Caracas y Petare F.C. se ahorran cinco, seis o siete viajes, por lo menos vía “fly”. Así que clubes como Zulia, JBL, Táchira, Ureña, Mineros tienen que sacudir fuertemente sus “alcancías” para solventar tantos gastos, a menos que se tenga previsto que jueguen sábado y lunes en la misma ciudad o estado, así se podría ahorrar algo, pero conlleva más desayunos, almuerzos y cenas. Amén de otros gastos, como las movilizaciones para entrenar y jugar. Lo que no se va en llanto, se va en suspiros.
La calidad del evento
Me pregunto, ¿tenemos suficientes jugadores para tener un torneo más o menos equilibrado?. Tal vez alguno que otro dirá: Y el torneo español, en donde sólo son tres clubes los que pelean el título y los demás recogen las migajas. Sí, es cierto los de los tres protagonistas, pero los contratos que hacen los equipos con sus “sponsor” y el de la Liga con la TV nacional e internacional son multimillonario en Euros y como en la “Viña del Señor”, la piñata da para todos.
Seamos realistas. Hoy por hoy existen miles y miles de practicantes de este deporte en el país. Pero el problema no está en los jugadores, está en el nivel de los entrenadores y los recursos con que cuentan para entrenar. Con esas deficiencias resulta difícil que puedan emerger futbolistas que tengan niveles para jugar profesional y mucho menos para exportar. La prueba la tenemos en los resultados de nuestras selecciones en torneo internacionales y clubes en los diferentes torneos sudamericanos. Por eso es importante formar a los entrenadores de fútbol dentro o fuera del país, con becas de la FVF o con el concurso de los diferentes clubes para que trabajen en las divisiones inferiores, regar la raíz, pues, para tener un árbol fuerte y floreciente en el futuro. He allí el éxito de los grandes clubes en Europa y América del Sur.
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Redacción: Roger Perozo Reyes.
Fotografía y Diseño: Jesús Baldonedo.